¿EN QUÉ SE BASÓ ARISTÓTELES AL DECIR QUE LA TIERRA ERA REDONDA?
En el campo astronómico, adelantó
los primeros argumentos sólidos contra la tradicional teoría de la Tierra
plana, haciendo notar que las estrellas parecen cambiar su altura en el
horizonte según la posición del observador en la Tierra. Este fenómeno puede
explicarse partiendo de la premisa que la Tierra es una esfera; pero resulta
incomprensible suponiendo que sea plana.
Aristóteles notó además que
durante los eclipses lunares, cuando la sombra de la Tierra se proyecta sobre
la Luna, la línea del cono de sombra es curva. Elaboró también un modelo propio
del Universo que se fundamentaba en el sistema geocéntrico propuesto
por Eudoxo de Cnido (Eudoxio) y sucesivamente modificado por Calipo.
En el sistema de Eudoxio, llamado de las esferas homocéntricas (que tienen un
centro común), la Tierra era imaginada inmóvil en el centro del Universo y los
cuerpos celestes entonces conocidos, fijados a siete grupos de esferas de
dimensiones crecientes desde la más interna a la más externa: tres esferas
pertenecían a la Luna, tres al Sol y cuatro a cada uno de los planetas entonces
conocidos (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), con un total de 26
esferas celestes.

En cambio Aristóteles considera
que las esferas, constituídas por una sustancia purísima y transparente,
rodeaban realmente a la Tierra, teniendo engarzados como diamantes a todos los
cuerpos celestes visibles. En el intento de explicar el origen de los
movimientos planetarios, Aristóteles pensó en una "fuerza divina" que
transmitía sus movimientos a todas las esferas desde la más externa, o esfera
de las estrellas fijas, a la más interna, o esfera de la Luna. Sin embargo esta
idea se tradujo en una enorme complicación de todo el sistema, ya que elevó de
33 a 55 el número total de esferas, todas relacionadas entre sí.
La teoría descrita en su obra
"Metafísica", fue sustituida por el sistema de Tolomeo (siglo II),
siempre geocéntrico, pero que tenía en cuenta de manera más precisa los
movimientos celestes y que fue universalmente aceptado hasta Copérnico. Entre
las obras científicas del filósofo griego dedicadas al cielo, es preciso
recordar la "Metereología" y el "De Coelo".
TALES DE MILETO